Especialidades JA/Primeros auxilios/Puntos de presión
La forma usual para controlar el sangrado es ejercer presión directamente sobre la herida, ya sea con la mano o directamente con un apósito de alguna clase (venda, pañuelo, toalla, etc.). No hay que olvidar que cualquier herida que no está controlada dentro de uno o dos minutos es una emergencia médica; y cualquier herida profunda o grande debe recibir atención médica lo más pronto posible.
A veces no es posible presionar directamente sobre una herida: por ejemplo, puede haber un objeto extraño dentro de la herida o un hueso roto sobresaliendo de la piel, o la herida puede ser demasiada grande o ser inaccesible (por ejemplo, si la extremidad es atrapado por algún objeto inamovible). En este caso, la única manera de controlar el sangrado es comprimir los vasos sanguíneos en puntos de presión particulares (generalmente donde las arterias cruzan sobre los huesos cerca de la superficie de la piel). Esta técnica se puede utilizar para controlar la hemorragia externa de las heridas de los brazos y las heridas de las piernas.
El punto correcto se determina mediante la búsqueda de un pulso en una víctima similar al que se siente en la muñeca cuando se toma su propio pulso. Este punto podría estar situado en la muñeca, el brazo (en la parte inferior suave del codo), la ingle o detrás de la rodilla. Esta es la posición en la que se puede sentir una pulsación rítmica. La presión puede entonces ser aplicado sobre este punto - la arteria - para controlar el sangrado.
Once an artery is compressed over a pressure point, it must not be compressed for more than 10 minutes: any longer in one go can cause irreversible damage to the limb. Typically pressure would be applied for 10 minutes, then released for a couple, then reapplied and so on.