Especialidades JA/Sol de medianoche/Respuestas
Nivel de destreza
1
Año
2014
Version
22.11.2024
Autoridad de aprobación
Asociación General
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3
3a
3b
3c
3d
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«Y vio Dios todo cuanto había hecho, y era bueno en gran manera. Y fue la tarde y la mañana del sexto día. Fueron, pues, acabados los cielos y la tierra, y todo lo que hay en ellos. El séptimo día concluyó Dios la obra que hizo, y reposó el séptimo día de todo cuanto había hecho. Entonces bendijo Dios el séptimo día y lo santificó, porque en él reposó de toda la obra que había hecho en la creación.» RVR1995
«Día de descanso será para vosotros, y ayunaréis, comenzando el día nueve del mes en la tarde; de tarde a tarde guardaréis vuestro descanso.» RVR1995
«Acuérdate del sábado para santificarlo. Seis días trabajarás y harás toda tu obra, pero el séptimo día es de reposo para Jehová, tu Dios; no hagas en él obra alguna, tú, ni tu hijo, ni tu hija, ni tu siervo, ni tu criada, ni tu bestia, ni el extranjero que está dentro de tus puertas, porque en seis días hizo Jehová los cielos y la tierra, el mar, y todas las cosas que en ellos hay, y reposó en el séptimo día; por tanto, Jehová bendijo el sábado y lo santificó.»
«En aquellos días vi en Judá a algunos que pisaban en lagares en sábado, que acarreaban manojos de trigo y cargaban los asnos con vino, y también de uvas, de higos y toda suerte de carga, para traerlo a Jerusalén en sábado; y los amonesté acerca del día en que vendían las provisiones. También había en la ciudad tirios que traían pescado y toda mercadería, y vendían en sábado a los hijos de Judá en Jerusalén. Entonces reprendí a los señores de Judá y les dije: "¿Qué mala cosa es ésta que vosotros hacéis, profanando así el sábado? ¿No hicieron así vuestros padres, y trajo nuestro Dios todo este mal sobre nosotros y sobre esta ciudad? ¿Y vosotros añadís ira sobre Israel profanando el sábado?"
Sucedió, pues, que al caer la tarde, antes del sábado, ordené que se cerraran las puertas de Jerusalén y que no las abrieran hasta después del sábado; y puse a las puertas algunos de mis criados, para que no dejaran entrar carga alguna en sábado. Una o dos veces, se quedaron fuera de Jerusalén los negociantes y los que vendían toda especie de mercancía. Pero yo les amonesté diciéndoles: "¿Por qué os quedáis vosotros delante del muro? Si lo hacéis otra vez, os echaré mano." Desde entonces no volvieron en sábado. Y dije a los levitas que se purificaran y fueran a guardar las puertas, para santificar el sábado. "¡También por esto acuérdate de mí, Dios mío, y perdóname según la grandeza de tu misericordia!"»
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